17 de mayo de 2011

Contaminación


imagesCAUKMX1A MÚSICAS,

RUIDOS,

SUCIEDAD,

ELECTORALES


A veces sueño despierto, y cuando vuelvo al estado de vigilia verdadero, no sé, realmente, si lo soñado ha sucedido, o no ha pasado de un fantasía nebulosa, confusa. Pero, ahora, con la campaña electoral no me quedan dudas: no puedo ensoñar despierto, no puedo despertar en sueños. Los estoy viendo, los estoy oyendo, los estoy sufriendo.
Algunos se quejan de que sus opositores les despegan sus carteles pero, a continuación, ellos mismos ponen los suyos encima de los culpables. Es como el ciudadano que protesta de los botes de refresco abandonados y, luego de un rato, permite que su perrito se cague por toda la plaza.
No voy a tomar partido en favor de unos o de otros, pero si voy a considerar que muchos de ellos, quizás no todos, pero casi, se comportan de la misma forma.
En un pueblo, pasa por las calles el coche del partido “A”, con sus altavoces a todo volumen, entre nueve y diez de la noche, despertando a niños y ancianos de su primer sueño. Y no pasa nada. A la tarde siguiente, el partido “B” sitúa una mesa, con su charanga, en la plaza, y te fastidia el vermut con el que te estás relajando en la terraza de una cafetería. Y tampoco pasa nada.
¿Y los papeles? Parece que los partidos están en contra de los árboles. Tu buzón se llena de octavillas, pliegos, sobres con papeletas, tantos como los donativos sin contabilizar les permiten a cada una de las listas de candidatos. Reiteran las promesas de hace cuatro años, se copian entre ellos, y juran que harán los que los demás no han hecho. Papeles y papeles que van a las bolsas de la basura inclasificable.
Solamente quiero una buena disposición y concierto de las acciones de propaganda, concisión y seriedad en las propuestas y formalidad en los comportamientos. Silencio y meditar. Leer y razonar. Hablar para llegar al entendimiento. Pensar, votar y poner a cada uno en su sitio.

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